Cuento corto
La caja de los recuerdos.
Salvador tenía enromes cajas, que pesaban casi una vida, entre tantas cosas que guardaba, tenia una caja preferida, la tradicional caja de música.
Esta era una de las cajas más pequeñas, pero la más valiosa para el, era un recuerdo de su madre, quien se la obsequió antes de irse al cielo, y luego la conservo como un tesoro.
Mucha gente se pregunta que podía estar ocultando salvador, con tantas cajas de recuerdos, lienzos y retazos, sin embargo todas tenían mucho amor.
Los vecinos sospechaban de salvador, en la aldea de Halmía todo era tranquilo, sin embargo creían que salvador era un brujo misterioso.
Con el devenir del tiempo, muchos curiosos se aproximaban a la casa de salvador, para saber por qué guardaba tantas cajas, de hecho solo se veían cajas por todas partes de su casa, que parecía un museo.
Salvador tenía tres hijos, todos brillantes e inteligentes, ellos también protegían las cajas como a ellos mismos, pues eran muy valiosas para toda su familia.
Pasado el tiempo la gente fue perdiendo el miedo a la casa de salvador y mejor se asomaban para conocerle, por lo que se hizo famoso en el pueblo e importante. Salvador era viudo, por lo que se dedicaba a sus hijos completamente y a sus cajas.
Pero la gente solo seguía intrigada en qué guardaba celosamente salvador en sus casas, hasta que un día su vecina doña cecilia se acerca a él en busca de ayuda;
Muy curiosa le pregunta ¿Qué tanto escondes en esa caja salvador? y solo contestó, amor, lienzos y recuerdos, pero ella creía que era algo más y así pasó.
Muy triste doña cecilia le comentó que quería ver a su madre, ella creía que con esas cajas el podía hacer verla, entonces salvador al verla tan triste, busco una de sus cajas, la de los recuerdos, que realmente era mágica y pidió a cecilia que observará la caja y mientras se acercaba doña cecilia una luz cegó su ojos y en aquel momento recordó y vio, cuando su madre le entregó una cadenita de oro, asombrada doña cecilia abraza a salvador, pues ya no se sentía sola y lo que más quería era volverla a ver, -como pudiste hacer eso salvador y el contestó, -nuestro corazón y nuestros recuerdos se quedan por siempre como fotografías en el alma, sólo recordaste el gran amor por tu madre y eso le dio vida.
Salvador tenía enromes cajas, que pesaban casi una vida, entre tantas cosas que guardaba, tenia una caja preferida, la tradicional caja de música.
Esta era una de las cajas más pequeñas, pero la más valiosa para el, era un recuerdo de su madre, quien se la obsequió antes de irse al cielo, y luego la conservo como un tesoro.
Mucha gente se pregunta que podía estar ocultando salvador, con tantas cajas de recuerdos, lienzos y retazos, sin embargo todas tenían mucho amor.
Los vecinos sospechaban de salvador, en la aldea de Halmía todo era tranquilo, sin embargo creían que salvador era un brujo misterioso.
Con el devenir del tiempo, muchos curiosos se aproximaban a la casa de salvador, para saber por qué guardaba tantas cajas, de hecho solo se veían cajas por todas partes de su casa, que parecía un museo.
Salvador tenía tres hijos, todos brillantes e inteligentes, ellos también protegían las cajas como a ellos mismos, pues eran muy valiosas para toda su familia.
Pasado el tiempo la gente fue perdiendo el miedo a la casa de salvador y mejor se asomaban para conocerle, por lo que se hizo famoso en el pueblo e importante. Salvador era viudo, por lo que se dedicaba a sus hijos completamente y a sus cajas.
Pero la gente solo seguía intrigada en qué guardaba celosamente salvador en sus casas, hasta que un día su vecina doña cecilia se acerca a él en busca de ayuda;
Muy curiosa le pregunta ¿Qué tanto escondes en esa caja salvador? y solo contestó, amor, lienzos y recuerdos, pero ella creía que era algo más y así pasó.
Muy triste doña cecilia le comentó que quería ver a su madre, ella creía que con esas cajas el podía hacer verla, entonces salvador al verla tan triste, busco una de sus cajas, la de los recuerdos, que realmente era mágica y pidió a cecilia que observará la caja y mientras se acercaba doña cecilia una luz cegó su ojos y en aquel momento recordó y vio, cuando su madre le entregó una cadenita de oro, asombrada doña cecilia abraza a salvador, pues ya no se sentía sola y lo que más quería era volverla a ver, -como pudiste hacer eso salvador y el contestó, -nuestro corazón y nuestros recuerdos se quedan por siempre como fotografías en el alma, sólo recordaste el gran amor por tu madre y eso le dio vida.
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